Fallout es el sexto capítulo de la serie y el segundo (después de 2015 Mission: Impossible – Rogue Nation) que será dirigida por Christopher McQuarrie, quien ganó un Oscar por su guión para The Usual Suspects. Su misión, si decide aceptarla, es dejar de pensar en la trama lo antes posible. Ante un desfile de desafíos de vida o muerte, a Hunt le gusta decir: “Lo resolveré”. Lo hace. Sin embargo, puede que no seas tan afortunado con el guión de McQuarrie.
Faltan tres esferas de plutonio, lo que significa el fin del mundo, siempre ocurre, si el contrabando cae en manos equivocadas. Un psicópata misterioso que se hace llamar a sí mismo John Lark cree que solo el sufrimiento real puede salvar lo que queda del mundo real. Su aliado para borrar el mundo es el anarquista Solomon Lane (Sean Harris), el villano de la última película M: I; ahora luce una barba y una mirada fija que le da esa mirada chic de nutso-Unabomber. El jefe del FMI de Hunt (Alec Baldwin) quiere que Solomon sea capturado, al igual que el jefe de la CIA, interpretado por Angela Bassett. Y está Ilsa Faust de Rebecca Ferguson husmeando otra vez. Nadie parece confiable, a excepción de la tripulación de Ethan: el experto en tecnología Benji (el invaluable Simon Pegg) y el especialista en bombas Luther (un Ving Rhames estable como una roca). Es el último que casi arruina la operación, ya que nuestro héroe opta por rescatarlo en lugar del plutonio. Ahora tenemos un tema: ¿salvar una vida es más importante que salvar la vida de millones?
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