El Barça fichará un central para la próxima temporada y el que encabeza destacadamente la lista de preferencias de los técnicos es Aymeric Laporte. El defensa del Athletic de Bilbao reúne casi todas las virtudes que busca el club azulgrana para mejorar su defensa y su nombre como candidato a refuerzo 2016-17 ya lo avanzó Francesc Aguilar en MD. Laporte tiene 21 años y, pese a ello, una gran experiencia en Primera División con 104 partidos jugados desde la temporada 2012-13, es zurdo, se caracteriza por su serenidad para salir con el balón jugado, tiene una rapidez apreciable pese a sus 189 centímetros de talla y está acostumbrado a defender en un equipo de corte tan atrevido como el Athletic de Valverde, lo que facilitaría su adaptación al ‘estilo Barça’. Por si faltara algo, añade amenaza en el balón parado en ataque, como prueban esos tres goles que ya ha marcado en la actual Liga.
El favoritismo de Laporte sobre otros candidatos se asienta sobre todos estos argumentos y sobre la impresión de que con su llegada el Barça tendría central para los próximos diez años. Incluso mirándolo desde el punto de vista económico, y comparándolo con otros centrales interesantes para el Barça, su inversión merece la pena. Laporte costaría los 50 millones de euros que consta en su actual contrato con un Athletic que, como ya demostró con Javi Martínez y Ander Herrera, no vende a nadie si no es recibiendo exactamente el precio de la cláusula de rescisión firmada. Así, el Bayern pagó los 40 millones de cláusula por Javi Martínez, de la misma forma que el Manchester United abonó los 36 millones que rezaba la cláusula liberatoria de Ander Herrera.
Mientras, el brasileño Marquinhos, también de 21 años, al fin tiene la puerta entreabierta del PSG, pero tras pagar 35 millones a la Roma los franceses ya han rechazado ofertas superiores, del Manchester United, por ejemplo. La misma edad tiene John Stones, la sensación del Everton, del que se habla que el Chelsea ya ha ofrecido más de 60 millones para llevarse en verano al inglés, una especificidad por cierto que, en clave de fútbol culé, no puntúa favorablemente.
La carrera de Laporte viene tutelada por su padre y el control de un asesor financiero. La tasación de Laporte es inamovible, porque esa es la política del Athletic: quien lo quiera, que pague los 50 millones de su actual cláusula. En sólo tres años, Laporte ha ido ampliando su contrato hasta 2019 con unas cláusulas que han ido revisándose al alza: de 18 millones a 27,5, luego a 36, después a 42 hasta los actuales 50, firmados en junio pasado. En virtud de un antiguo pacto entre clubs de la LFP ya se acordó que si había una operación de este tipo, el club comprador pagaría el IVA en vez de depositar en la LFP el importe de la cláusula, situación en la que el jugador debería asumir toda la tributación. Aunque todo depende del redactado de la cláusula en el contrato.
Como ya ha informado MD, el Barça prevé inicialmente una inversión de 60 millones más lo que se recaude en traspasos. Marc Bartra y Thomas Vermaelen podrían salir ya que tienen mercado.
Un ‘rechazo’ al Barça ya negado
La idea de los técnicos es reforzarse con un delantero y un lateral, además de ese central en el que Laporte ocupa ‘la pole’. Sólo hubo un momento en el que dejó de estar en la lista y la historia la avanzó Miguel Rico en MD. Apareció una entrevista de Laporte en Telefoot en la que decía que “rechazaría cualquier oferta del Barça, no me interesa”, así que al saber de ella el club lo borró de su agenda y decidió no volverlo a poner a menos de que hiciera algún gesto inequívoco por su parte. Y lo recibió doblemente: primero, Laporte negó haber dicho eso y elogió al Barça; segundo, su entorno llamó a Robert, secretario técnico, para desmentir nuevamente el presunto desprecio. Laporte volvió al nº1 de la lista culé.
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