Por sorpresa, en pleno fin de semana y con un breve tweet: apareció la noche del sábado “Lemonade”, el nuevo proyecto de Beyoncé. Un disco de 12 canciones y sus 12 correspondientes videos, unidos en una película de una hora que el sábado emitió la cadena HBO, y que la cantante estrenó en exclusiva a través de Tidal. Como ya sucediera recientemente con Rihanna o Kanye West, este servicio de música enstreaming, propiedad de Jay-Z, marido de Beyoncé, ha vuelto a convertirse en la única vía legal para escuchar un disco de gran envergadura popular el día de su lanzamiento. Entre el desconcierto, la excitación y la sorpresa, miles de fans de la vocalista ya se lo habían descargado compulsivamente para no quedarse atrás en el descubrimiento de sus nuevas canciones.
De esta forma, Lemonade refuerza la tendencia de los lanzamientos sin aviso ni campañas de promoción y marketing que la artista Beyoncé puso de moda con su álbum anterior. Y también deja claro que la cantante del R&B contemporáneo sigue poniendo sus propias reglas de actuación en una industria inmersa en un nuevo proceso de reciclaje y adaptación.
El disco, cuenta con colaboradores ilustres como Jack White, James Blake, Kendrick Lamar o The Weeknd, supone una interesante declaración de intenciones artísticas y políticas de la autora. En el apartado musical, va de la mano de productores como Diplo, Mike Dean, Just Blaze o los propios Blake y White, Beyoncé se aleja de las tendencias sonoras que han reinado últimamente en el R&B, sobre todo el trap y la EDM, y busca su propio camino al margen de modas y peajes contextuales.
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