Adele lo tiene hecho. Ya ha vendido ya todas las entradas de su gira. Su función ahora es acudir a la ciudad de turno, cantar, emocionar a los presentes y viajar hasta su siguiente destino. Sin embargo, a la cantante le gusta dejarse la piel en cada uno de sus conciertos y sorprender a todos los fans que se han gastado sus honorarios para poder ver a la diva británica en directo.
Y es que la intérprete de Rolling in the Deep llena cualquier superficie sobre la Tierra, pero aun así se las arregla para mantener este toque tan personal con sorpresas y momentos mágicos que dejan a los asistentes con la boca abierta.
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